Nacida del mar...
Historia del pasado hasta el presente
Libre de tutelas feudales, La Rochelle se sirvió de sus grandes libertades y privilegios para desarrollar un comercio marítimo gracias al próspero mercado del vino y de la sal. De carácter independiente, la ciudad acogió las nuevas ideas de la Reforma, convirtiéndose en el bastión del protestantismo. La Rochelle representaba una amenaza para la política de unificación del rey de Francia, y por ello fue destruida durante el Gran asedio de 1627-1628.
No cabe duda de que el mar dio un nuevo aliento a La Rochelle, que establecería relaciones regulares con Nueva Francia (Canadá) y las Antillas. Fueron los inicios de un esplendor intelectual y artístico, y del apogeo de los grandes armadores, algunos de ellos tristemente famosos por el comercio triangular. Adormecida durante la Revolución francesa y las guerras napoleónicas, la ciudad no despertaría hasta la creación del puerto comercial de La Pallice, que en la actualidad es el 6° puerto más grande de Francia.
Desde los años 50 hasta hoy, la ciudad ha experimentado una explosión demográfica. Durante este periodo se construyeron nuevos barrios en la periferia y se realizaron grandes obras para que La Rochelle siguiera siendo bella, generosa e innovadora. Desde principios de los años 70, La Rochelle se ha distinguido por su excepcional calidad de ciudad: promover las energías renovables, mejorar las áreas naturales, conservar el paisaje, proteger la biodiversidad, garantizar la movilidad sostenible... Cuando se habla de ecología urbana, el nombre de La Rochelle va asociado casi sistemáticamente.
La Rochelle continúa su desarrollo sostenible y responsable mediante proyectos a la vez ambiciosos y bien pensados. Así, se ha ido dotando de infraestructuras con visión de futuro, reinventando su pasado, como, por ejemplo, el Espace Congrès, creado en la antigua casa de subastas en el 2004, La Sirène, una sala de músicas actuales acondicionada en un antiguo granero del Puerto de La Pallice en 2011, o incluso la ampliación del Puerto Deportivo des Minimes en el 2014.
Sigue los caminos hacia Quebec
«El circuito de Quebec»
Este circuito propuesto para recorrer el centro histórico de La Rochelle reconstruye en 17 etapas la historia que une La Rochelle y Quebec. Erigida en la Place de la Motte Rouge, una baliza cardinal norte con una altura de 3,50 metros, marca el punto de partida de tu paseo. Interactiva, te permitirá visualizar todo el recorrido del circuito, ilustrado y enriquecido con textos descriptivos.
Paseo bajo las arcadas
El encanto del casco antiguo
Uno de los encantos de La Rochelle son sus calles porticadas, un emblema de la ciudad, cuya vocación mercantil despertó desde su fundación. Las arcadas permitían a los comerciantes exhibir sus mercancías, mientras se protegían de la intemperie. Están las calles de Mercer, Chaudrier, du Palais, du Minage... No dejes de pasar por la preciosa rue de l’Escale, famosa por su pavimento de piedras procedentes de Saint-Laurent (Canadá) y que servían de lastre para los barcos.